Si te piensas que ya no tengo cosas que contarte... te equivocas.
Tengo un millón de cosas que me pasan, que me rondan la cabeza... y otro millón de cosas que estoy aprendiendo en estos meses, en estos días.
Pero, ¿para qué hablar sobre ellas? o ¿escribir sobre ellas?
He escrito muchos días palabras, frases, párrafos... incluso entradas completas. Hasta buscado fotografías que acompañaran ese texto, pero finalmente nunca los consideré suficientemente buenos o interesantes como para ocupar un espacio en mi blog. Otras veces eran tan interesantes que no merecían ver la luz, consideraba que no podía abrir tanto mi corazón de forma pública o sabiendo que TU (si tú, el único que me sigue de forma fiel) iba a estar leyendo esos pensamientos.
Y no, no porque no quiero que sepas sobre mí, que lo sabes todo, sino por no aburrirte con lo mismo.
(...)
A punto he estado de borrar todo lo escrito.
(...)
Hace días que no preparo ningún pastel, ni bizcocho... ni nada similar.
Sin embargo, a punto estamos de que llegue el día de Navidad. Pasado mañana es Nochebuena y las calles y las casas hace días que ya se han adornado con lucecitas, papanoeles, guirnaldas, renos, velas... Suenan villancicos por doquier... Todo listo para que el ambiente sea lo más navideño posible.
Visto lo visto y con lo que me encanta personalizar las cosas... Esta vez he creado unos adornitos de lo más navideños.
Y mi trabajo me ha costado... Sobretodo el señor gordito, que tiene un montón de detalles, de capas y de partes... Entre el gorrito, la borla del gorrito, la cara, la barbita, el bigote, los ojitos....
Así que ahora tengo un problema... A dos días de Navidad... todo el mundo me ha pedido un Papa Noel para sus casas...
No sé si llego.
Peace, L*
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